La educación superior está obligada a incluir ejes transversales dentro de su modelo educativo a fin de garantizar calidad, así entonces la investigación, el desarrollo y la innovación, constituyen ejes fundamentales de un sistema educativo de calidad para el desarrollo integral del país. Innovación entendida como el proceso de generación de ideas con una aplicación útil en el desarrollo social en cuyo caso la educación superior puede generar valor agregado.
La generación de valor agregado es posible cuando la experiencia educacional este dirigida a potenciar las competencias, es decir desarrollar conocimientos, habilidades, destrezas y capacidades de los estudiantes, mediante la vinculación eficiente entre educación, investigación, la creatividad y la innovación.
Actualmente, las universidades se han visto presionadas por las exigencias del mercado laboral, y por entornos industriales y empresariales cada vez más exigentes y cambiantes, se debe entonces trabajar en una oferta educativa de calidad que vincule la investigación, la innovación con el desarrollo y consecuente generación de valor estratégico económico, lo que en su momento dio origen al paradigma la educación como elemento fundamental para la creación de riqueza, este paradigma entendido y aplicado en países desarrollados no así en países en vías de desarrollo como Ecuador. En donde si bien ha existido un giro en la educación no han conseguido hasta el momento generar ese desarrollo económico tan anhelado.
Si bien es cierto, el alto nivel educativo continúa siendo un requisito esencial de acceso al mercado laboral, este no garantiza ni el empleo, ni la movilidad social, es decir no basta con alcanzar títulos de tercer y cuarto nivel, sino que estos deben necesariamente estar respaldados por estándares de calidad.
Las universidades han enfrentado un sinnúmero de problemas, entre ellos la limitada asignación de recursos, lo que restringe la investigación y el desarrollo, razón por la cual se han conformado patrones educativos de lenta adaptación a las condiciones cambiantes del entorno social, por otra parte al interior del sistema educativo han coexistido y en algunos caso se han contrapuesto las tendencias conservadoras y las innovadoras dificultando la ruptura de paradigmas tradicionales en la formación de los estudiantes. Coartando muchas veces la generación de nuevas ideas o prototipos que lejos de alentar la creatividad quizá están limitando la capacidad de innovar y conseguir el cambio necesario en la educación. Debemos buscar mecanismos que sitúen a la universidad como el espacio privilegiado para la innovación, la generación y difusión del conocimiento, para el debate y la búsqueda de soluciones, un espacio de compromiso mutuo para generar y compartir innovaciones orientadas a satisfacer las necesidades de desarrollo social.
Hasta el momento no ha sido posible articular el mercado laboral y la educación porque al parecer estos dos sectores atienden a lógicas y dinámicas distintas, el sistema educativo, busca responder al compromiso profesional académico desde su propia tradición surgiendo desajustes entre la formación y el desempeño profesional, por lo que este documento pretende tiene plantear un modelo que vincule la investigación, y la innovación en un sistema de calidad educativa, que combine la serie de opciones ideológicas y pedagógicas, a fin de que sea posible formar profesionales capaces de enfrentar los retos de la creciente competencia internacional, en donde los conocimientos juegan un papel crucial en el desarrollo económico y social, a través de la optimización de los recursos en el proceso productivo y la inclusión de la innovación, la informática y las telecomunicaciones.