Introducción. La capacidad del ser humano para percibir e interpretar el sonido se da por un conjunto de estructuras como el oído, el tronco encefálico y el cerebro. La pérdida auditiva posterior a un trauma craneoencefálico, con el oído medio o la cóclea siendo los más afectados, suele pasar desapercibida; el déficit audiológico primario no solo aparece como resultado de un traumatismo directo en el oído interno o medio, como ocurre en fracturas de la base del cráneo o desgarros de las vías neuronales centrales. En el caso de la lesión secundaria temprana, existe un aumento de la presión intracraneal en respuesta a hematomas, hemorragias o degeneración axonal difusa. La incidencia de la hipoacusia post-trauma se presenta en aproximadamente el 5-10% de los casos de pérdida auditiva, el grupo etario más afectado son los jóvenes, especialmente aquellos que practican deportes o participan en actividades de riesgo, además, los trabajadores expuestos a ruidos muy fuertes y lesiones físicas. Objetivo. Analizar el impacto del trauma craneal en el sistema auditivo y su relación con la pérdida auditiva determinado medios diagnósticos e intervención temprana. Metodología. Se incluyen estudios originales, investigaciones clínicas, metaanálisis publicados durante los cinco años (2020-2024) con énfasis en el diagnóstico y manejo de la hipoacusia por trauma craneal. Resultados. El trauma craneoencefálico (TCE) tiene efectos significativos en la audición, lo que se evidencia en varios estudios. Por un lado, en ratones muestra que el TCE leve repetitivo puede causar un daño neuronal temprano que, aunque no afecta directamente a las células ciliadas, provoca una degeneración del ganglio espiral. La evaluación precisa de la pérdida auditiva y el entendimiento de los antecedentes de exposición son esenciales para el tratamiento efectivo de la hipoacusia tras un TCE. Estudios coinciden en que una intervención temprana es vital para evitar la progresión a sordera crónica. A medida que se avanza en la investigación, la integración de métodos de diagnóstico objetivos, como la DpOAE, junto con una comprensión del contexto del trauma, puede mejorar significativamente los resultados del tratamiento en pacientes con hipoacusia post-TCE.
Conclusión. Se evidencia daño de los nervios ciliados que genera una pérdida auditiva neurosensorial demostrado en roedores como en humanos, se resalta la importancia de determinar los tipos de facturas del hueso temporal que generen peor pronóstico que permita ampliar el panorama en el momento de la intervención.