MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D49BAB.CA33EAE0" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como "archivo de almacenamiento web". Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos. ------=_NextPart_01D49BAB.CA33EAE0 Content-Location: file:///C:/67878254/ArticuloVol6_Pul_14.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
Formation
of the competence of emotional and moral autonomy in students of tourism.=
span>
MSc.
Yulima Valdés Bencomo. [1]=
span>,
Dr.C Yasser Vázquez Alfonso. =
[2]=
span> &
Efraín
Velasteguí López.[3]=
Recibido: 15-03-2017 / Revisado: 20-0=
5-2017
Aceptado: 21-06-2018/ Publicado: 01-07-2018
The present
investigation covers the results of the theoretical methodological analysis=
of
the authors on the formation of the competence of emotional and moral auton=
omy
from their sustenance in the development teaching based on the Cultural
Historical Approach of LS Vygotsky and the diagnosis of the current state in
the career of Tourism of the University of Havana. The approach to the cate=
gory
revealed the need for its intentional training to face the emerging challen=
ges
of scientific and technological multicultural development, with emphasis on=
the
potential of integral personal development, made it possible to identify the
integration of the structural and functional components of the competence,
starting of the expression of indicators of the affective cognitive unit in=
the
performance of students in professional situations, which transcend their
personal, social and professional performance projection.
Keywords: Training, Competence, Emotional Autonomy, Touris=
m.
La
presente investigación abarca los resultados del análisis teórico metodológ=
ico
de los autores sobre la formación de la competencia de autonomía emocional y
moral desde su sustento en la enseńanza desarrolladora fundamentada en el
Enfoque Histórico Cultural de L. S. Vigotsky y =
el
diagnóstico del estado actual en la carrera de Turismo de la Universidad de=
La
Habana. La aproximación a la categoría develó la necesidad de su formación
intencionada para afrontar los retos emergentes del desarrollo científico t=
ecnológico
y multicultural, con énfasis en las potencialidades del desarrollo personal
integral, posibilitó identificar la integración de los componentes
estructurales y funcionales de la competencia, a partir de la expresión de
indicadores de la unidad cognitiva afectiva en la actuación de los estudian=
tes
ante situaciones profesionales, que trascienden a su proyección personal,
social y del desempeńo profesional.
Palabras Claves=
:<=
span
style=3D'mso-bookmark:_Toc440896901'> Formación, Competencia, Autonomía
Emocional, Turismo.
Introducción=
b>
.
El desarrollo acelerado de la cie=
ncia
y la tecnología, atribuye hoy a las universidades la responsabilidad de for=
mar
profesionales integrales, capaces de dar respuesta a los nuevos cambios,
económicos, sociales y políticos generados en los diferentes países de los =
que
son parte.
En Cuba, González (2016), tiene en
cuenta varios criterios referidos a la formación como son: enfatizar en la
coincidencia de varios autores para definir la formación como un proceso
pedagógico y educativo, de mayor o menor complejidad, que sea concebida com=
o la
acción sobre un sujeto, partiendo de conocer el fin que se le atribuye, las
premisas, las relaciones con otras categorías pedagógicas, las dimensiones,=
los
niveles y las tendencias.
La formación como proceso complej=
o,
conlleva al acercamiento de estudios nuevos, para facilitar la integración de lo
estructural y lo funcional. Múltiples han sido las miradas entorno a la
formación profesional de los estudiantes, a partir de las responsabilidades=
que
se le asignan a las universidades y del vínculo universidad sociedad, al
respecto H=
ué (2013) destaca dos posicion=
es, la
que desde una visión restringida de sociedad acentúa la preparación de la fuerza laboral, el progreso econó=
mico y
social que se sustenta en la globalización, y la que posee una visión más
amplia de sociedad, que enfatiza en el desarrollo humano (la convivencia
multicultural, la práctica profesional con valores éticos, humanistas, de
solidaridad).
Según la OEI (2010) la formación
profesional se aprecia como el conjunto de procesos de enseńanza aprendizaj=
e de
carácter continuo y permanente integrados por acciones técnico-pedagógicas
destinadas a proporcionar a las personas oportunidades de crecimiento perso=
nal,
laboral y comunitario brindándoles educación y capacitación socio-laboral al
estudiante.
Para los autores del presente
artículo, se asume el concepto declarado por el Ministerio de Educación
Superior cubano, el cual define la formación
de los profesionales como el proceso que, de modo consciente y sobre
bases científicas, se desarrolla en las instituciones de educación superior
para garantizar la preparación integral de los estudiantes universitarios, =
que
se concreta en una sólida formación científica, técnica y humanista de altos
valores ideológicos, políticos, éticos y estéticos, con el fin de lograr
profesionales revolucionarios, cul=
tos,
competentes, independientes, creadores, para que puedan desempeńarse
exitosamente en los diversos secto=
res de
la economía y de la sociedad en general (MES, 2007: 41).
La formación profesional desde un
proceso de enseńanza-aprendizaje desarrollador, se concreta en la adquisici=
ón
de las competencias en correspondencia con las exigencias de la actividad
profesional, es por eso que el propósito de esta investigación fue determin=
ar
los fundamentos teórico-metodológicos que sustentan la competencia de auton=
omía
emocional y moral desde la formación del profesional.
La
Formación de Competencias Profesionales.
En nuestros días, se viene tratan=
do
el término de competencia a partir de los ańos 80 del pasado siglo, siempre=
ha
estado asociado a las características psicológicas que posibilitan un desem=
peńo
superior. El mismo tiene antecedentes en países como Inglaterra, Estados
Unidos, Alemania y Australia.
Su origen etimológico está en el
verbo latino competere, que significa ir al
encuentro una cosa de otra, encontrarse, capacidad para concurrir, coincidi=
r en
la dirección y ha pasado también a las acepciones de: responder a,
corresponder, estar en buen estado, ser suficiente. En sí quiere decir po=
der
seguir el paso, por lo que una competencia consistiría en la capacidad de
seguir en un área determinada; supone una situación de comparación directa y
situada en un momento determinado (García y Tobón, 2006).
El término competencia tienen un
carácter polisémico y se ha relacionado con sentidos intercambiables y
adaptables a las diferentes situaciones y contextos socio-laborales e
intenciones comunicativas de los hablantes (Tobón, 2005).
Pinto (1999) declara que cada
competencia es entendida como la integración de tres tipos de saberes:
conceptual (saber), procedimental (saber hacer) y actitudinal (ser). Según
Bisquerra (2004), este término hace alusión a conocimientos, habilidades y
actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel=
de
calidad y eficacia, donde se integra el saber, saber hacer y saber ser, lo =
que
coincide con la concepción de Pinto (1999).
En este sentido Gonczi
y Athanasou (1996) conciben las competencias co=
mo una
compleja estructura de atributos (conocimientos, actitudes, valores y
habilidades) necesarios para el desempeńo en situaciones específicas,
Esta línea de pensamiento es
corroborada por las investigaciones de González (2002) que define la
competencia como una configuración psicológica. Otros autores concuerdan co=
n lo
anterior, destacando definiciones que seńalan los recursos personales para =
la
actuación profesional como la autonomía, flexibilidad, colaboración y
responsabilidad, tales como LeBoterf (2001), al
seńalar que la competencia es equivalente a saber actuar e incluye: saber
escoger, tomar iniciativas, arbitrar, correr riesgos, reaccionar ante lo
imprevisto, contrastar, tomar responsabilidades y saber innovar.
Tomando los criterios de (Colunga
2006), la competencia debe preparar al hombre para la vida y hacerlo apto p=
ara
afrontar situaciones profesionales nuevas, desconocidas, ambiguas, confusas,
inesperadas, que requieren de urgente solución por su parte. Dicha autora
destaca como elementos importantes a considerar: la elaboración, dominio y
aplicación de estrategias
individuales y grupales para mejo=
rar
las habilidades de comunicación; saber negociar; generar alternat=
ivas
para resolver problemas. Asimismo significa la autoestima, la toma de
decisiones, la solución de problemas, la jerarquización de tareas y motivos,
vinculados a la comunicación =
a>interpersonal.
De forma general, los autores del
presente artículo consideran que, en las mencionadas definiciones, se asume=
la
competencia solamente como la combinación integrada de conocimientos,
habilidades y actitudes conducentes a un desempeńo adecuado y oportuno en
diversos contextos, no teniendo en cuenta lo social, donde se ponen de
manifiesto otros componentes de la conducta del individuo.
Los autores concuerdan con la man=
era
de concebir las competencias y su trascendencia para la vida, a plenitud y
convivencia humana, coincidiendo con el criterio de Tobón (2002) que propone
conceptualizarlas como procesos complejos que las personas ponen en
acción-actuación-creación, para realizar actividades sistémicas y resolver
problemas docentes y de la vida cotidiana, con el fin de avanzar en la
autorrealización personal, integrando el saber hacer (aplicar procedimiento=
s y
estrategias) con el saber conocer (comprender el contexto) y el saber ser
(tener creatividad y motivación), teniendo los requerimientos específicos d=
el
contexto en continuo cambio, con autonomía intelectual, conciencia crítica,
flexibilidad y espíritu de reto.
Además, es frecuente que en la
literatura se manifieste una concepción limitada de las competencias,
circunscritas a una habilidad, destreza o capacidad, como equivalente a una=
de
estas, aprobando los componentes de habilidades en detrimento de los
personales, los que abarcan emociones, valores, motivaciones, sentimientos,
intereses, necesidades individuales y colectivas necesarias para el desarro=
llo
humano, en correspondencia con el encargo social. Por lo tanto, se hace
necesario pasar de las competencias como un saber en contexto a procesos =
de
desempeńo autocríticos y críticos de la realidad personal y del contexto
externo, para ejercer una transformación.
Aquí se integran aspectos
estructurales y funcionales inherentes a las competencias, porque no solo se
enfatiza en sus atributos constitutivos y en su papel para el desempeńo en
situaciones disímiles. La complejidad de su naturaleza, el carácter
multidimensional y su expresión en las actuaciones del sujeto, con frecuenc=
ia
las profesionales, son peculiaridades atribuibles a los componentes funcion=
ales
de las competencias.
Desde la perspectiva puede decirse
que su potencial regulador es notorio, su formación exige la integración en=
su
estructura y funcionamiento de elementos de orden cognitivo y motivacional,
donde ser competente implica disponer de recursos pers=
onológico
que le permiten al sujeto funcionar con flexibilidad, reflexión personaliza=
da,
iniciativa, perseverancia, autonomía y perspectiva futura en su actuación q=
ue
abarca la esfera moral que trasciende a la actuación.
Un proceso de formación de
competencias profesionales que conciba sus componentes estructurales y
funcionales que dinamice el desempeńo y modo de actuación requiere enfatiza=
r en
la competencia de atomía emocional y moral como unidad dialéctica, en tanto=
la
responsabilidad social y profesional está unida a un modo de actuación
autónomo, lo cual es esencial en el caso de los estudiantes de la carrera de
Turismo, a fin de responder a su encargo social.
La
competencia de autonomía emocional y moral.
Desde el punto de vista etimológi=
co,
autonomía procede de auto que significa por sí mismo y nomia
(nomos), que significa sistematización de las leyes, normas o conocimiento=
s de
una materia específica. Martínez (2006), en el análisis del término, signif=
ica
la capacidad de tomar decisiones sin ayuda de otro.
Todas las emociones son, en esenc=
ia,
impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los =
que
nos ha dotado la evolución. La misma raíz etimológica de la palabra emoción
proviene del verbo latino moveré (que significa moverse) más el prefijo e-=
,
significando algo asi como movimiento hacia y
sugiriendo, de ese modo, que toda emoción hay implícita una tendencia a la
acción.
La moral (del gen. latín mōr=
is,
costumbre,
y de ahí mōrālis, lo relativo=
a los
usos y las costumbres) es un conjunto de normas, creencias, valores y
costumbres que dirigen o guían la conducta de las personas en la sociedad. =
La
moral permite distinguir qué acciones son correctas (buenas) y cuáles son
incorrectas (malas). Otra perspectiva la define como el conocimi=
ento de lo que el ser humano debe hac=
er o
evitar para conservar la estabilidad social.
Analizando la etimología de estos
términos, se puede aseverar que las normas, creencias, valores y costumbres,
dirigen la conducta del individuo, llevándolo actuar y a propiciar el
desarrollo de la capacidad de tomar decisiones sin la ayuda de otros.
Múltiples autores (Martin, 2004)
(Martínez, 2009a y 2013b) refieren a la competencia de autonomía, como la
capacidad de elegir con criterio propio, de llevar a cabo proyectos y accio=
nes
necesarias para desarrollar las opciones y planes en el ámbito personal, so=
cial
y laboral.
Martínez (2009a y 2013b) considera
las competencias emocionales como =
el
nivel de funcionamiento de la personalidad que se constituye en el recurso
personal del estudiante, le permite cumplir las tareas con independencia,
responsabilidad y efectividad ante la toma de decisiones, a partir del
planteamiento consciente de objetivos, la planificación de acciones y la
defensa del juicio argumentado, auto valorando las posibilidades y recursos=
que
posee para el futuro desempeńo con compromiso social.
Las competencias emocionales o
socio-afectivas, comúnmente se asocian al término de inteligencia emocional
(Goleman, 1996). Asimismo, Goleman (2002) comprende las competencias
emocionales: como autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y
destrezas sociales, las que pueden ser enseńadas.
Las competencias emocionales perm=
iten
el reconocimiento, manejo de los sentimientos y las emociones, tanto propias
como ajenas, para lograr relaciones mutuamente satisfactorias entre el homb=
re y
su medio laboral y social. Según Bisquerra (2009), las competencias emocion=
ales
son el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes
necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma
apropiada los fenómenos emocionales. La finalidad de estas competencias se
orienta a promover el bienestar personal y social.
Enfatiza en el vínculo que Gonzál=
ez
(1982) aprecia entre autonomía y esfera moral al seńalar que la autonomía m=
oral
se expresa en la edad escolar superior, que con relativa independencia mora=
l y
social el estudiante orienta su vocación, valora las posibilidades prácticas
futuras e internas, apoyado en el ideal, concepción del mundo y elaboración
personal mediante juicios, experiencias y vivencias que se convierten en mo=
tivo
moral y tendencias motivacionales, se plantea aspiraciones, se orienta en la
vida e incorporación laboral, asume responsabilidad y compromiso social que
regulan su vida, lo que adquiere en su desarrollo y por la educación.
La autonomía emocional y moral, v=
ista
desde la responsabilidad, la expresión motivacional, las aspiraciones e
intenciones profesionales, la toma de decisión efectiva y el compromiso soc=
ial,
se apreciaron en estudios precedentes (Martínez, 2009, 2013), elementos que=
se
ratifican en el estudio de la autonomía y el compromiso social responsable,
donde se revelaron indicadores como la toma de decisiones con responsabilid=
ad,
la implicación afectiva y satisfacción en el cumplimiento responsable de las
normas y exigencias del desempeńo profesional, el autocontrol moral y
emocional, resultados de interés para este estudio.
Los autores del presente artículo
coinciden en concebir la autonomía emocional como un concepto amplio que
incluye un conjunto de características y elementos relacionados con la
autogestión personal, entre las que se encuentran la automotivación, la act=
itud
positiva ante la vida, responsabilidad y la capacidad para analizar
críticamente las normas sociales, desde una posición ética y en consonancia=
con
las normas morales que siempre han afectado al ser humano.
Ya que las normas morales existen=
en
la conciencia de cada uno, esto provoca que existan diferentes puntos de vi=
sta
y por ende problemas en el momento de considerar las diferentes respuestas =
que
ejercen las personas frente a ellas, debido al pluralismo que existe en las
tendencias frente a un mismo acto, esto es que, para cuando algunas persona=
s un
acto es lo correcto, para otros es inmoral. Esto está íntimamente ligado co=
n el
tema de los valores ya que normalmente se dice que lo que se hace por
obligación, pierde todo mérito, en cambio, cuando se realiza por propio
convencimiento, adquiere valor moral. Con esto se da a entender que la
obligación moral le quita al hombre la única posibilidad de ser el mismo, de
acuerdo con su propia moralidad y con su propio criterio.
El estudio teórico realizado ha
permitido definir las estrechas relaciones que se pueden observar entre la
autonomía emocional y moral de la persona y estas se expresan en que:
<=
![if !supportLists]>ˇ =
Las
emociones dan la oportunidad de aumentar el grado de conocimiento que se ti=
ene
a cerca de la propia moralidad.
<=
![if !supportLists]>ˇ =
Las
emociones tienen un fuerte impacto motivacional a la hora de rectificar un
comportamiento moral inadecuado, reforzar lo que es correcto y reparar el m=
al
causado.
<=
![if !supportLists]>ˇ =
Las
emociones mejoran la percepción moral, orientan y proporcionan apoyo a los
principios morales.
<=
![if !supportLists]>ˇ =
Las
emociones no sólo afectan a lo que una persona ve o a cómo lo ve, sino que
también influyen en como los demás perciben y responden a esa persona.
<=
![if !supportLists]>ˇ =
Las
emociones son una fuente de información fundamental a la hora de tomar
decisiones, ya que constituyen una guía básica para la conducta moral.
De
esta manera se evidencia una unión indisoluble entre lo emocional y lo mora=
l,
pues coincidiendo con Iriarte et. al.. (2006), l=
as
emociones conscientes, educadas y bien gestionadas, ayudan a convertir al
estudiante en un sujeto maduro y responsable, promueven el reconocimiento de
los propios valores, el compromiso, la confianza, la integridad y las condu=
ctas
de cooperación.
El desarrollo de la autonomía mor=
al y
emocional de los profesionales en formación de la Carrera de Turismo, es una
necesidad y demanda planteada desde su misión, orientada a formar profesion=
ales
competentes, comprometidos, responsables socialmente, dignos, con principios
éticos y espíritu de sacrificio, que les permita transformar el entorno soc=
ial,
mediante el desarrollo de un turismo de alto nivel de satisfacción al clien=
te
como gestores de uno de los renglones más importantes del país.
La necesidad de garantizar un
profesional de turismo comprometido y responsable con las políticas y lineamientos del estado cub=
ano,
la apertura y estrategias de desarrollo del sector privado, los nuevos perf=
iles
que imponen los avances tecnológicos y las tendencias internacionales
aplicables a Cuba, demandan egresados con competencias que potencien la
actividad turística, a partir de una formación que abarque en ellos la
competencia de autonomía moral y emocional y les permita enfrentar con
efectividad los desafíos presentes y futuros en su ámbito de acción, aporte
social que constituye un reto impo=
rtante
de esta investigación, pues la incorporación y desarrollo de la competencia=
de
autonomía moral y emocional responde y tributa a la carencia y demanda
reveladas en la dinámica del proceso de formación del profesional del Turis=
mo y
en la práctica profesional.
Los factores sociales y emocional=
es
están presentes incuestionablemente en el escenario educativo, por lo que e=
n la
formación profesional de los estudiantes de la carrera de Turismo se debe t=
omar
esto en consideración y asumir el compromiso para desarrollaren las nuevas
generaciones la capacidad de afrontar de forma creativa y flexible las
situaciones, problemas e inconvenientes que puedan surgir en el mundo tanto
académico como laboral.
El desarrollo de estas competenci=
as
reviste especial importancia para el Licenciado en Turismo ya que una perso=
na
autónoma supone aprender a desenvolverse a nivel personal, profesional y so=
cial
en un mundo cada vez más complejo, va a fortalecer su trabajo, su relación =
con
agentes y clientes tanto nacionales como extranjeros. Además, actualmente la competencia de
autonomía emocional y moral se considera un aspecto importante de las
habilidades de empleabilidad. En el mundo laboral se acepta que la
productividad depende de una fuerza de trabajo que sea emocionalmente
competente (Elias, 1999).
Es necesario seńalar, que en la
actualidad cubana las empresas demandan asiduamente profesionales compromet=
idos
con su entorno, su organización y su profesión, con elevado nivel de
creatividad, versatilidad, autonomía, adaptabilidad y comprometidos con su
entorno, su organización y su profesión. Por ello, se torna imperativo abrir
paso a nuevas metodologías didácticas que tributen a la formación de
profesionales autónomos, responsables ante la toma de decisiones, que
desarrollen aptitudes para el análisis crítico y constructivo, y el trabajo=
en
equipo; elementos indispensables para el buen resultado del servicio que se
ofrece y para la contribución colectiva a la solución de las nuevas situaci=
ones
que se presentan.
En la Facultad de Turismo a pesar=
de
habérsele dado tratamiento a las competencias profesionales a través de
trabajos como: Propuesta de perfil del cargo por competencias laborales del
recepcionista hotelero de la villa turística Horizontes Soroa
(Maestres, 2012), Diagnóstico de competencias organizacionales en el Hotel
Inglaterra (Rodríguez, 2012) y Evaluación de las competencias profesional=
es
de los Licenciados en Turismo ante los nuevos desafíos en su ámbito de acci=
ón
(Ascón, 2013); no se hace referencia a la competencia autonomía emocional; =
aun
cuando los resultados de los trabajos mencionados anteriormente tributan a =
la
necesidad de desarrollarla también en la carrera.
En estos estudios se plantea que =
los
profesionales del turismo deben responder a las demandas del sector, entre
ellas el desarrollo del trabajo en equipo, la toma de decisiones acertadas y
oportunas, la habilidad para las relaciones interpersonales, la auto-supera=
ción
continua en los avances de la profesión, traer el conocimiento a la práctic=
a y
la creatividad en la labor profesional. Estos constituyen elementos
indispensables para el buen resultado del servicio que se ofrece y para la
contribución colectiva a la solución de las nuevas situaciones.
Utilizando métodos y técnicas como la
observación, análisis documental, encuestas a estudiantes y profesores así =
como
soportes estadísticos para tabular datos, se logra realizar un diagnóstico =
del
comportamiento actual de la competencia de autonomía emocional y moral de l=
os
estudiantes de la Facultad de Turismo.
Donde se destaca que la asignatur=
a de
Comunicación Interpersonal, es la única cuyos contenidos guardan relación c=
on
la autonomía emocional y moral, fomentando el contacto con los públicos
internos, externos, el trabajo en equipo a través de la formación de
habilidades para la comunicación. Sin embargo, esta asignatura solo se impa=
rte
en 1er ańo y no trabaja otras dimensiones de la autonomía emocional y moral.
Por ello es necesario enseńarles a los estudiantes como dirigir las emocion=
es
tanto para su formación, como para enfrentar los nuevos cambios que se avec=
inan
en el sector. Sería conveniente que los objetivos educativos de varias
asignaturas de la carrera buscaran desarrollar esta competencia.
Otra de las razones es que la
facultad cuenta con un claustro de profesores que trabaja para elevar la
efectividad de la labor docente educativa, logrando un ambiente que sea ref=
lejo
de altos valores en la comunidad universitaria y de hábitos de educación fo=
rmal.
Si bien la competencia autonomía
emocional y moral no ha sido tratada de manera explícita en la facultad, los
resultados de las encuestas aplicadas a los docentes demuestran que poseen =
un
dominio del tema. Entre los criterios abordados los más reiterativos hacen
alusión al conjunto de conocimientos, actitudes, valores y habilidades que
garantizan en el sujeto su adaptación y regulación conductual ante los camb=
ios
en las situaciones del entorno, a la capacidad para asumir procesos de
autorregulación y control en el desempeńo personal y profesional del sector=
. La
búsqueda de soluciones de manera eficaz y creativa a los problemas y el
desempeńo exitoso, evitando que estados emocionales negativos afecten las m=
etas
a cumplir.
El análisis de los resultados per=
mite
decir que los estudiantes presentan dificultades en la responsabilidad,
automotivación, análisis crítico, actitud positiva y autocontrol. En el caso
del manejo de relaciones solamente se ve afectado en tercer ańo. Las
irregularidades se pueden resumir en el cumplimiento del reglamento docente
disciplinario, asumir la responsabilidad por las decisiones tomadas, implic=
arse
emocionalmente al emprender acciones sistemáticas, afrontar de forma crítica
y autocrítica las situaciones nega=
tivas
de aprendizaje, el reconocimiento de los errores propios, mantener una
actitud positiva ante el increment=
o de
las exigencias académicas, la perseverancia para enfrentar los obstáculos o
decepciones en la vida estudiantil y la búsqueda de soluciones a los proble=
mas de
manera entusiasta y creativa. Además, la flexibilidad para afrontar los cam=
bios
y las nuevas situaciones de aprendizaje, el manejo de conflictos y el contr=
ol
de las emociones y los impulsos. D=
ichos
resultados se resumen en la tabla1.
Tabla 1: Insuficiencias constatadas en la exploración sob= re la competencia de autonomía emocional y moral.
Fuente: Elaboración propia.
Deficiencias
encontradas:
ˇ
Dific<=
span
style=3D'mso-bookmark:_Hlk533087671'>ultad<=
span
style=3D'mso-bookmark:_Hlk533087671'>es en
asumir la
responsabilidad
por
las
decisiones tomadas.
ˇ
Problem<=
span
style=3D'mso-bookmark:_Hlk533087671'>as para implicarse
emocional y moralmente al emprender acciones sistemáticas
que
contribuyan a su
desarrollo integral
con
resultados satisfactorios.
ˇ
No se
muestran
flexibles
para afrontar los cambios
y nuevas
situaciones
de aprendizaje.
ˇ
Limita=
do
autocontrol y manejo de conflictos, de las relaciones y el trabajo en equip=
o.
ˇ
Limitaciones en la comunicación interpersonal.
ˇ
El
análisis crítico
ante
situaciones
determinadas es poco importante para su formación.
ˇ
Limitada búsqueda de alternativas de solución a los problemas de ma=
nera
creativa.
Conclusiones.
=
ˇ =
El
análisis conceptual y evolución de la competencia de autonomía emocional y
moral demostró la relación dialéctica que existe entre las mismas.
=
ˇ =
La
competencia de autonomía emocional y moral tiene un alcance amplio que incl=
uye
un conjunto de características y elementos relacionados con la autogestión
personal, entre las que se encuentran la automotivación, la actitud positiva
ante la vida, responsabilidad y la capacidad para analizar críticamente las
normas sociales, desde una posición ética y en consonancia con las normas
morales que siempre han afectado al ser humano.
=
ˇ =
El
uso de diferentes técnicas y métodos permitió realizar un diagnóstico del c=
omportamiento
actual de la competencia de autonomía emocional y moral de los estudiantes =
de
la Facultad de Turismo.
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E.pdf.
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Para
citar el artículo indexado.
Valdés Y.
& Vázquez Y.
El
artículo que se publica es de exclusiva responsabilidad de los autores y no
necesariamente reflejan el pensamiento de la Revista Ciencia Digital.
El
articulo queda en propiedad de la revista y, por tanto, su publicación parc=
ial
y/o total en otro medio tiene que ser autorizado por el director de la Revista Ciencia Digital.
=
[1] Universidad=
de la
Habana, Habana, Cuba, ybencomo@ftur.uh.cu
[2] Universidad de la Habana, Ha= bana, Cuba, yalfos1@gamil.com
[3] Universidad Técnica de Cotop=
axi,
Ext. La Maná, Cotopaxi, Ecuador, luis.velastegui7838@utc.edu.ec
www.cienciadigital.org
Vol. 2, N°3, p. 20=
3-215,
Julio - Septiembre, 2018