Trauma=
tic
brain injury secundary to =
atipical
gunshot-wound. A case report
Juan
Carlos Morales Valdés. [1], =
Diana
Rosa Bayona Santana. [2],<=
/span> Lilibeth Villalonga Costa. [3],<=
/span>
Yusely
Perdomo Pulido. 4 & Joel Socorro Iz=
quierdo.
5
Recibido:
09-05-2021 / Revisado: 20-05-2021 /Aceptado: 06-06-2021/ Publicado: 05-07-2=
021
|
=
Abstract Introduction<=
span
lang=3DEN-US style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Time=
s New Roman",serif;
mso-ansi-language:EN-US'>: Traumatic brain injury secondary to
gunshot wounds (HPAF) is a critical situation. The projectile of a firearm
can penetrate the body through any region, causing lesions of varied
morphology due to multiple factors. The place of entry of the projectile
(orifice) may have small diameters, which escapes the observation of the
attending physician, in these circumstances radiological techniques are
essential as a diagnosis and a preliminary step to the judicial autopsy. =
Methodology: A review and analy=
sis of
the bibliography on Trau=
matic
brain injury caused by
firearms was carried out, it was possible to identify orifices or entry
wounds through natural orifices or other regions of the body, not because=
of
unusual locations as in this case, being necessary to carry out tomograph=
ic
studies to locate the projectile, which allowed to have it as a reference=
in
future cases. Conclusions: The victim presented
injuries, with severe head trauma. The tomography showed the presence of =
an
intracerebral foreign body, similar to a projectile. The wound consisted =
of
an atypical entrance orifice, in an unusual anatomical region, and a
trajectory. At necropsy, the bullet was removed. The ballistics analysis
revealed that it was a 22 caliber, of non-industrial manufacture, used in=
an
atypical and improvised weapon. The intracranial injuries were severe, wh=
ich
by a direct mechanism caused the death of the injured person. The case was
closed as a homicide. Keywords: Improvised firearms, unusual wound or hole, unu=
sual
anatomical region, trau=
matic
brain injury. |
|
ˇ &=
nbsp;
<=
span
lang=3DES-EC style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;mso-ansi-language=
:ES-EC'>Introducción:=
El traumatismo craneoencefálico
(TCE) secundario a heridas por arma de fuego (HPAF) es una situación crít=
ica.
El proyectil de un arma de fuego puede penetrar =
al
organismo por cualquier región originando lesiones de morfología variada =
por
múltiples factores. El lugar de entrada del proyectil (orificio) puede te=
ner
diámetros pequeńos, que escapa a la observación del médico de asistencia<=
/span>, en estas circunstancias se hacen indispensables las técnicas
radiológicas como diagnóstico y paso previo a la necropsia judicial. Metodología: Se realizó una revisión y =
anŕlisis
de la bibliografia sobre los traumatismos Palabras claves: Armas de
fuego improvisada, herida u orificio atípico, región anatómica poco común=
, traumati=
smo
craneoencefálico. |
Introducción.
La
violencia es una preocupación en la vida de las personas en todo el mundo, y
afecta a todos de alguna u otra manera. Para muchos, poder estar a salvo se
basa en mantener las puertas y ventanas cerradas, y evadir los lugares
peligrosos. Sin embargo para otros no hay escapa=
toria,
ya que la amenaza de la violencia se encuentra detrás de sus puertas, ocult=
a a
los ojos de los demás (Salas Castillo, D. D. R. ,2019).
El
trauma craneoencefálico (TCE) es una forma en la que la violencia se puede
mostrar, es el
intercambio de energía dentro de la bóveda craneana por un agente externo q=
ue
resulta en alteraciones anatómicas o funcionales; se pueden generar lesiones
tanto primarias, en cuanto al dańo mecánico, como secundarias, de acuerdo al
dańo celular posterior (Alexiou, =
G. A.,
Sfakianos, G., & Prodr=
omou,
N. ,2011).
Los
TCE son la principal causa de muerte e incapacidad en individuos menores de=
45
ańos en los Estados
Unidos
y la primera causa de muerte en los jóvenes de entre 1 a 19 ańos, fallecen entre 30 00=
0 y 50 000 personas de manera secundaria a
heridas por proyectil de arma de fuego, ocurren alrededor de 2,5 millones de casos anuales, la ta=
sa
de hospitalización es de un 11%, con una mortalidad del 2%, el 43,3% de los
pacientes presentan algún grado de discapacidad al ańo del egreso, <=
span
style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman",se=
rif'>aproximadamente
150 000 heridas por proyectil de arma de fuego se reportan por ańo
América
Latina es la región del mundo donde con mayor frecuencia son utilizadas las
armas de fuego para realizar homicidios (66%), en África y Asia (28 %), en
Europa (13 %); en Oceanía (10 %) y en México, en la última década las armas=
de
fuego han sido utilizadas en más de la mitad de los homicidios según los
reportes publicados (Arriaga P, Roldán Álvarez M. ,2016).
Gran parte de los traumas
craneoencefálicos se asocian a heridas por arma de fuego en la región del c=
ráneo,
en el macizo frontal, por ser esta=
zona
anatómica muy vascularizada y tener escasa musculatura, se caracterizan por
favorecer a las hemorragias intensas, la localización de los órganos de los
sentidos en esta región le da una especial sensibilidad al poderse afectar =
las
vías respiratorias, los ojos u otras estructuras cercanas (Cańadas,
E. V. ,2018 y Palacios Vivar=
, D.
E., Miranda Villasana, J. E., & Calderón Lumbreras, A. S. ,2017).
El
estudio de las lesiones por arma de fuego en el cráneo forma parte de uno de
los temas clásicos, constantes y fundamentales en todos los tratados de
Medicina Legal. Los médicos deben conocer sus manifestaciones para su corre=
cta
interpretación desde la óptica quirúrgica y forense. Su producción exige
siempre la investigación judicial por lo que la participación especializada
desde la Medicina Legal es imprescindible para la resolución del caso (Cans=
eco
Cavazos, J., Palacios-Zertuche, J., Reyna-Sepúlveda, F., Álvarez-Villalobos,
N., Alatorre-López, L., Muńoz-Maldonado, G. ,2017).
El TCE se puede clasificar de acu=
erdo
a los mecanismos de traumatismo en =
penetrante,
compuesto por heridas por arma
corto-punzante, heridas por arma de fuego y cerrado, debido a caídas y accidentes de tránsito (Alexiou,
G. A., Sfakianos, G., & Prodromou,
N. ,2011). La severi=
dad
del TCE se determina, a partir de la escala de coma de Glasgow (GCS) ajusta=
da
según la edad de los pacientes (Borgialli D. A.=
,2016).
Según Calabuig 2018 a la frecuencia y la gravedad de las lesiones
craneoencefálicas se les confiere gran importancia, alrededor de una cuarta
parte de las muertes violentas se deben a traumatismos de la cabeza, las
lesiones que resultan pueden afectar a las partes blandas, al esqueleto
craneofacial o a su contenido visceral.
El Arma de Fuego, es un instrumento de dimensiones y formas variad=
as
destinado a lanzar violentamente proyectiles, hacen uso de la fuerza expans=
iva
de los gases que se desprenden al inflamarse de forma instantánea la sustan=
cia
explosiva en un espacio confinado. Conservan el nombre genérico de arma de
fuego porque en los modelos primitivos los disparos iban acompańados de la
salida de una llamarada por la boca del arma (Cańadas, E. V.=
,2018).
Según su alcance y en relación con la longitud del
cańón: las armas de fuego son cortas, (intervienen con mayor frecuencia en=
los
asuntos criminales), entre ellas: pistolas ordinarias, revólveres, pistolas
automáticas y pistolas ametralladoras o largas,
(para la caza y con fines de guerra), dentro de estas se encuentran las
escopetas de caza, fusiles, carabinas, fusiles ametrall=
adoras,
subfusiles y metralletas. Según la carga que disparan, pueden ser armas de proyectiles múltiples o de
proyectil único (Cańadas, E. V. ,2018). Según la constitución de las ar=
mas
de fuego, se clasifican en armas tí=
picas,
todas las armas comerciales fabricadas en serie por las distintas marcas o =
armas atípicas, siendo estas irreg=
ulares
e improvisadas (Cańadas, E. V. ,2018). Refiere además el autor la existenci=
a de
nuevas innovaciones para el uso de armas con fines bélicos, se ha desarroll=
ado un
nuevo tipo de fusil de asalto, dotados de proyectiles de pequeńo calibre y =
alta
velocidad (Calabuig 2018).
Los
proyectiles pueden ser puro de plomo o recubiertos con elementos como el co=
bre,
bronce, zinc, los cuales conservan su forma primaria tras el impacto. En cu=
anto
a la pólvora, en caso de la negra esta puede ser ordinaria, fuerte y extra-fuerte (dependiendo del número de granos de azu=
fre,
carbón y salitre) (Peńa Coto, C. ,2013).
Para una
mejor comprensión sobre el dańo que ocasionan los proyectiles de las armas =
de
fuego, nos adentraremos en las consideraciones que realiza la balística: La
balística médico-forense es la
parte de la balística externa que estudia el movimiento de la bala después =
de
su impacto o penetración en el blanco corporal hasta el fin de su trayector=
ia o
de su salida del cuerpo. La balísti=
ca
interior: es la que se ocupa del estudio de los fenómenos que ocurren e=
n el
interior del arma hasta que el proyectil sale por la boca del cańón, la balística exterior: estudia los
fenómenos que ocurren en el proyectil desde el momento en que sale del arma
hasta que alcanza su objetivo y la =
balística
terminal: estudia la penetración del proyectil en cuerpos sólidos (Peńa Coto, C. ,2013). <=
/span>
El grado de dańo ocasio=
nado
tiene relación relativa a la energía ocasionada por la masa y velocidad de
impacto del proyectil, la cual se representa con una fórmula y se le conoce
como energía cinética (EC) siendo la velocidad más importante que la masa (=
EC=3D1/2
Masa x Velocidad) (Hernández Téllez, I. E., Montelongo
Mercado, E. A., Arreola Bastidas, J. J., Larrinúa
Betancourt, E. & Aguilar Merlo, A. ,2016).
La física cataloga el movimiento del proyectil en =
tres
partes, interior (dentro cańón), exterior (desde su salida hasta su impacto=
),
terminal (penetración en objetos sólidos). Presentando estos diferentes
patrones de desplazamiento: precesión, caída y balanceo, cabeceo, sedal y
nutación. No hay un acuerdo universal para clasificarlos por velocidad: la
literatura de norteamericana refiere como alta velocidad entre 610-914 m/s,=
el
Reino Unido toma mayor a 335 m/s como alta velocidad se clasifican en menor=
a
330 m/s, media entre 330-600 m/s, y mayor a 600 m/s (Hernández Téllez, I. E., Montelon=
go
Mercado, E. A., Arreola Bastidas, J. J., Larrinúa
Betancourt, E. & Aguilar Merlo, A. ,2016).
|
=
Clasificación de Sherman y Parrish |
||
|
B=
aja
velocidad |
< 330 m/s |
Deportivas recreativas |
|
M=
ediana
velocidad |
330-660 m/s |
Armas cortas, auto/semiautomáticas |
|
A=
lta
velocidad |
> 600 m/s |
Uso militar |
Respecto =
a la
velocidad del proyectil describe que los fusiles nuevos de asalto, que expu=
lsan
proyectiles de pequeńo calibre y alta velocidad, alcanzan los 1.000 m/s, en
contraste con la velocidad de los proyectiles de revólver o pistola (de 200=
a
300 m/s), o los de los fusiles ordinarios (de 600 a 700 m/s). El
proyectil de alta velocidad genera una mayor energía cinética comparado con=
los
de baja velocidad, pero asumir que ocasionan un mayor dańo es una percepción
equivocada. (Cańadas, E. V. ,2018)=
.
El nivel de injuria va a depender de múltiples
factores: energía cinética, capacidad de deformación, fragmentación de la b=
ala
y la resistencia a la deformación que presente el tejido alcanzado. Es de
relevancia no sólo la velocidad sino también la zona de impacto, la energía
cinética, características de la bala, y el trayecto de penetración para def=
inir
el dańo, dar un pronóstico y un plan de tratamiento. Al momento de ingresar=
el
proyectil en el organismo crea una cavidad cercana al diámetro del proyecti=
l,
una cavidad temporal ocasionada por expansión de la energía cinética de man=
era
lateral, y una onda de estrés hacia delante. Teniendo en
cuenta que la velocidad mínima para perforar la piel es de 50 m/s, y para
afectar el hueso 60 m/s. <=
/span>
Existen múltiples
clasificaciones en función del patr=
ón de
entrada y salida del proyectil: la primera distingue tres tipos, lesiones
penetrantes (sólo orificio de entrada); lesiones
perforantes (orificio de entrada y salida), la segunda por armas de peq=
ueńo
calibre y larga distancia: lesiones
avulsivas (provocadas por armas a una distancia muy corta con balas
deformantes que generan gran pérdida de sustancia), la tercera describe cuatro trayectorias comunes del proyectil a
nivel facial y la cuarta las clasifica en lesiones de bajo y alto grado de
energía, en relación a la pérdida de sustancia y a las lesiones provocadas =
en
la cara. (Teme Lichi, C., Gómez, N., Matsumura =
Kichiro, Cabral, G., & Jara, J. ,2020).=
Los elementos que
integran al disparo son: la pólvora=
, el
taco y el proyectil. La pólvora constituye la mezcla explosiva que comu=
nica
su fuerza de propulsión al proyectil. Pero también puede obrar sobre el bla=
nco
por sus productos de combustión: gases de explosión, llama, grano de pólvor=
a no
quemado y negro de humo (Cańadas, E. V. ,2018).
Se conocen como heridas por arma de fuego aquellos efectos
lesivos que producen sobre el organismo los disparos realizados con armas
cargadas de diversos tipos de pólvora u otros explosivos, son
el conjunto de alteraciones producidas en el organismo por el efecto de los
elementos que integran el disparo en las armas de fuego. Desde el punto de
vista médico legal, las heridas por arma de fuego se clasifican como contus=
as
(Alvarado, E. V. ,2014). Pueden provocar dańos muy distintos dependiendo del
intercambio de energía entre el cuerpo y la bala, además todas ellas tienen=
un
orificio de entrada, una trayectoria y puede tener o no un orificio de sali=
da
que depende de la salida o no del proyectil del cuerpo (Gil Martín, P. ,2018).
Respecto a la morfolo=
gía
de las heridas por arma de fuego, dada sus sensibles diferencias, tenemos l=
as
heridas producidas por proyectil único (bala) y las causadas por proyectiles
múltiples. Describiremos la que se relaciona en este caso, que sería la
producida por proyectil único. De manera esquemática, hay que considerar en
estas heridas un orificio o herida =
de
entrada, un trayecto y un orificio o herida de salida, el cu=
al
puede o no estar (Cańadas, E. V. ,2018).
La forma del or= ificio es generalmente, redondeada u oval, en el vivo es excepcional que sea totalmente circular, pues siempre hay una deformación conforme a la direcci= ón de las fibras de la región (como en las heridas punzantes). En las heridas = por disparos a gran distancia, el orificio adopta la forma de un ojal= o hendidura lineal que recuerda las heridas por instrumentos punzantes o = cortopunzantes. En Las heridas por disparos a corta distancia la forma de la herida presenta un aspecto desgarrado, como de estrella, debido a la acción de= los gases, que se difunden con violencia bajo la piel (Alvarado, E. V. ,2014).<= o:p>
Los tatuajes son las
formaciones resultantes del disparo que se dibujan alrededor del orificio de
entrada y suministran importantes indicaciones diagnósticas médico legal, t=
ienen
dos componentes: la cintilla de con=
tusión
y el taraceado o tatuaje propiamente dicho. En algunas ocasiones, el
orificio de entrada de las heridas por arma de fuego difiere de la descripc=
ión
anterior, dando lugar a las heridas
atípicas. Cuando el proyectil entra por orificios o cavidades orgánicas=
, se
habla de orificio de entrada natural
(boca, fosas nasales, conducto auditivo externo, vagina y ano (Alvarado=
, E.
V. ,2014).
El
trayecto de las heridas por arma de fuego corresponde al
recorrido de la bala en los tejidos, puede ser único o múltiple, si la bala se fragmenta durante su paso por l=
os
tejidos. Por su dirección se distinguen los trayectos en rectilíneos, que siguen la
dirección del disparo, y los trayectos con desviación, por choques en huesos, sobre todo, que comunic=
an a
los proyectiles hacia direcciones sorprendentes, indescriptibles (Alvarado, E. V. ,2014).
Si el proyectil no ha
salido al exterior, se encuentra en la extremidad del trayecto cerrado, en
medio de un foco hemorrágico. Sin embargo, la búsqueda del proyectil es a
menudo muy dificultosa, ya que puede ocupar lugares inverosímiles por
mecanismos no siempre bien explicados. Para facilitar la localización de la
bala se hace a veces necesario el concurso de la imagenología. En ocasiones=
es
aconsejable pasar los coágulos sanguíneos encontrados en las cavidades
(abdominal, torácica, etc.) por un tamiz, con el fin de encontrar los
proyectiles que a veces quedan englobados en ellos (Peńa Coto, C. ,2013).
Se describen además l=
as migraciones, que no es más que el
traslado pasivo del proyectil por medio de la corriente sanguínea, cuando e=
ste
penetra en un vaso. Por otra parte, la dirección del trayecto en el cuerpo
depende de la posición en la que se encontraba la víctima. El orificio de salida es inconstante =
por
definición, no existiendo cuando la bala permanece en los tejidos, variando=
su
forma y su tamańo (Alvarado, E. V. ,2014).
Las
heridas por arma de fuego son de
naturaleza contusa y físico químicamente ocasionadas por la bala o
proyectil disparado por un arma de fuego, y por los elementos concurrentes,=
más
los elementos neoformados con ocasión del dispa=
ro. Las
lesiones intracraneales secundarias a heridas por proyectil de arma de fuego
son generalmente múltiples y variad=
as,
pueden ocasionar compromiso óseo, parenquimatoso e incluso vascular (Peńa Coto, C. ,2013).
Las armas de fuego=
, dependiendo
del tipo de proyectil y la distancia del disparo, pueden producir: Fracturas incompletas (fisuras que=
se
irradian y que se interrumpen en las suturas o en fisuras o fracturas
producidas por disparos anteriores). Orificios,
bien dibujados, con fisuras o
microfracturas, que se irradian perpendiculares al círculo del orificio=
. Orificios irregulares, de gran tam=
ańo,
cuando se suma el efecto explosivo (Ťheridas a bocajarroť); en ocasiones, la
explosión puede producir fracturas indirectas. (Arriaga P., Roldán Álvarez =
M.
,2016).
Las complicaciones más
frecuentes ante este tipo de lesión que conllevan al deceso son: Las fractu=
ras
que se producen al ocurrir el encuentro entre el proyectil y el segmento ós=
eo,
y su trayecto a través del mismo. La alteración vascular por rupturas de va=
sos
sanguíneos cerebrales, que dan pasó a la formación de hematomas y hemorragi=
as
intracraneales y la lesión de los centros nerviosos superiores. (Canseco
Cavazos, J., Palacios-Zertuche, J., Reyna-Sepúlveda, F., Álvarez-Villalobos,
N., Alatorre-López, L., Muńoz-Maldonado, G. ,2017).
El caso que se presen=
ta
fue trabajado por el Servicio Provincial de Medicina Legal de la provincia =
de
Matanzas, la autoridad competente (Instructor Policial) solicita que se rea=
lice
la necropsia médico legal al cadáver de un individuo que encontrándose con =
vida
ingresa en sala de emergencia con pérdida de la conciencia, múltiples estig=
mas
de traumatismos y sangramiento activo por boca, fosas nasales y el ángulo
interno de la región orbital derecha, falleciendo horas más tardes.
Entre los estudios qu=
e se
le realizaron se encuentra una tomografía axial computarizada simple (TAC) =
de
la región craneal, la cual reveló la presencia de un cuero extrańo con un a=
umento
de la densidad, alojado en el Encéfalo, en su hemisferio izquierdo a nivel
parietal.
En
la necropsia realizada se evidenció el orificio de entrada de una herida por
arma de fuego, su trayecto, lesiones y el propio proyectil. La herida tenía=
una
pequeńa dimensión y una localización poco común, que pudo escapar a la obse=
rvación
del médico de asistencia, pero en este caso el hallazgo del cuerpo extrańo
observado en la tomografía, sugería por su densidad la posibilidad de un
proyectil de arma de fuego. Metodologia. Síntesis
de los Hechos: Se conoció a través de la
información aportada por la autoridad actuante, que la víctima sostuvo una rińa en la vía pública con otro
ciudadano, quien lo agrede con un pedazo de acero o cabilla, causándole les=
iones
en la cabeza. Fue encontrado por los vecinos, cerca de la vivienda donde es=
te
reside, sobre el pavimento, inconsciente, con presencia de golpes en la reg=
ión
de la cara y sangramiento abundante, siendo trasladado a un centro hospital=
ario
con peligro inminente para su vida, por presentar toma de conciencia, lesio=
nes
y sangramiento activo. Después de varias horas del accionar médico, el
lesionado fallece. Presentación
del caso: El caso que se presenta esta en relación con una
denuncia radicada por la autoridad competente por el delito de homicidio al tratarse de la muerte=
de
una persona por otra, donde la víctima fue agredida supuestamente con un ob=
jeto
contundente, recibiendo varias lesiones, en la región cefálica y miembro
superior derecho. El lesionado fue traslado inmediatamente al centro
hospitalario, siendo valorado en sala de emergencia, lo que consta en su
historia clínica, donde se describe que desde su llegada se continua
brindando asistencia médica y es valorado por médicos de diferentes
especialidades, dentro de ellas Neurocirugía por la toma de conciencia y la=
presencia
de una escala de Glasgow de 3 sobre 15, lo que orientó a los galenos sobre =
la
presencia de lesiones intracraneales. Indican y =
realizan
Tomografía Axial Computarizada de cráneo simple (TAC) donde se observa la presencia de neumoencéfalo, fractura de la pared medial de seno ma=
xilar
derecho, el cual se encontraba ocupado por contenido hemático, fractura en el etmoides, el cual e=
stá en
similares condiciones, fractura de =
la
pared medial de la órbita izquierda y fractura
de la pared lateral del seno esfenoidal izquierdo, ocupado por contenido
hemático y con ocupación parcial del derecho, además se constató la presencia de un cuerpo extrańo intracerebral, alojado en el hemisferio
izquierdo, a nivel de la región parietal de ese lado, próximo a la línea
media, con una densidad de 3034 UH,=
que impresionaba elemento de composición metálica, similar a un proyectil de
arma de fuego. Al no reportarse agresión con arma de fuego ni evidenciarse =
un
orificio de entrada en tal región anatómica, surgió la duda ante tal elemen=
to. Se discute el caso en colectivo en presencia del médico legi=
sta
(medicina legal), para exponer las lesiones visibles, su mecanismo de forma=
ción
y posible agente vulnerante. Al examinarse la región orbital derecha, se
evidencia un activo sangramiento en el ángulo interno, con presencia de una
herida contusa de 1,1 cm de diámetro, sin otros signos. Durante el reconocimiento corporal de lesiones se observaron
contusiones simples y profundas en el miembro superior derecho, en el
antebrazo. Al analizar y discutir el caso, teniendo como referencia los est=
udios
radiológicos (TAC), que evidenciaban la presencia de traumatismo craneal, y=
el
cuadro lesivo descrito, se esclarecía aún más que este individuo había sido
agredido, con un objeto contundente, pero que a la vez era muy probable que
hubiese sido agredido también con un arma de fuego, teniendo como referencia
que la herida contusa descrita en el ángulo interno de la región orbital
derecha, era el orificio de entrada del cuerpo extrańo que se encontraba
alojado intracraneal. Al ser valorado por los especialistas de Neurocirugía,
estos comentan en la historia clínica, que el lesionado no tenía criterio
quirúrgico. Evolucionando tórpidamente desde el punto de vista neurológico y
hemodinámico, fallece en un breve tiempo.
Realizada la necropsia médico legal por los peritos actuante=
s,
evidenciaron los siguientes signos =
de
violencia en el examen del exterior del cadáver: - Aumento de volumen de la región ocular derecha, con equimo=
sis
y hematoma periorbitario de esta región, con
coloración violáceo oscuro. - Quemosis del ojo derecho. orificios naturales solo
se evidenció la presencia de contenido hemático en ambas fosas nasales, no
existiendo alteraciones en su morfología. interior de las cavid=
ades,
como significativo se describe =
lo
evidenciado a la apertura de la cav=
idad
craneana: ˇ
Infiltrado hemorr=
ágico en el colgajo an=
terior
del cuero cabelludo, galeal y subgaleal, en reg=
ión
parietal y frontal derecha, a nivel de la órbita y región nasal. ˇ =
Cerebro: ˇ
Vasos
meníngeos tortuosos e ingurgitados, aplanamiento de las circunvoluciones y
estrechamiento de los surcos. ˇ
Extravasación
de sangre al espacio subaracnoideo, extensa, en el hemisferio izquierdo en =
su
región parietal. ˇ
En la base cerebral<=
/i> se
observó dislac=
eración del tejido encefálico, en la mism=
a se
evidencia la presencia de un surco o
canal en toda su extensión, dejando visualizar la presencia de un proyectil deformado en su interior. Tallo encefálico focos contusivos. Huesos de la base craneal: -
Fractura
lineal, de 0,5 cm de longitud, en fosa anterior derecha, con infiltrado
hemorrágico a su alrededor. ˇ =
Por debajo de la lámina cribosa del etmoides se observa frac=
tura
lineal de 1,2 cm de longitud, que se extiende hasta la silla turca, con
infiltración hemorrágica. ˇ =
Exploración del
orificio de entrada: Una vez introducido el explorador metálico a través de la
herida contusa descrita en el ángulo interno de la región orbital derecha, =
este
atravesó la base craneal a través de un trayecto recto que pasa por la fosa
anterior derecha. ˇ =
Una vez extraído el proyectil se evidencio que el mismo tiene
características de estar deformado, construido de un material que nos recue=
rda
al plomo, de 1,2 cm de longitud y 0,6 cm de ancho en su base. ˇ =
El estudio de balíst=
ica
realizado al proyectil en el laboratorio de criminalística, aportó que el
elemento investigado era de Plomo,
color gris, con un peso aproximado de 2.41 gramos, perteneciente a un proye=
ctil
de base cóncava y punta redonda, apreciándose su cuerpo con la
cabeza deformado por un lateral, producto a un achatamiento, el cual
pudo producirse producto al impacto contra una barrera de mayor dureza. No
presenta estrías y campos, estuvo unido al casquillo por presión. Todas est=
as
características unidas a las constructivas y a la comparación realizada con=
los
patrones existentes en los registros criminalísticos de cartuchos, posibili=
tó
establecer que: el proyectil formó =
parte
de un cartucho Calibre 5,6mm (.22´) de los diseńados para ser utilizados en
diversas armas del tipo semiautomática y mecánica, además de armas atípicas=
. ˇ&nb=
sp;
Los peritos médicos legistas actuantes, consideran que tenie=
ndo
en cuenta lo aportado por la autoridad actuante, lo descrito en la historia
clínica que perteneciera al lesionado, los resultados del reconocimiento
corporal de lesiones practicado y las evidencias obtenidas, tras realizar la
necropsia judicial, nos encontramos ante una muerte violenta, la cual es dependiente de la agresión con arma=
de
fuego, que
conllevo a las
lesiones craneoencefálicas descritas. ˇ&nb=
sp;
El cuadro lesivo encontrado en la región craneoencefálica
durante la realización de la necropsia médico legal, guarda relación con los
hallazgos tomográficos evidenciados, no así con el antecedente aportado por=
la
Instrucción Penal actuante en el inicio de la investigación. ˇ&nb=
sp;
Orientar a la autoridad judicial, que la víctima no solamente
había sido agredida con un objeto contundente, sino que también lo había si=
do
con un arma de fuego, que tras el disparo del proyectil y el encuentro de e=
ste
con el cuerpo (región cefálica), a nivel del ángulo interno de la región
orbital derecha, había penetrado la bala, dejando la herida u orificio de
entrada a la cavidad craneal de donde no salió, quedando alojado en el inte=
rior
del tejido encefálico, en la región parietal izquierda, lo cual quedó
evidenciado en el examen in situ realizado, no existiendo por tanto orifici=
o de
salida. ˇ&nb=
sp;
El orificio de entrada en este caso tiene una
localización poco común, con
dimensiones y características que bien podrían confundirse con una herida
contusa causada por otro objeto contuso e incluso escapar de la observación=
del
médico de asistencia. En estas situaciones clínicas donde hay toma de
conciencia si no se indican los estudios tomográficos correspondientes, no =
se
diagnosticarían las lesiones causadas, ni la presencia del proyectil. Lo que
sería importante para el médico legista, al poder tener localizado al proye=
ctil
antes de la realización de la necropsia judicial, en caso de fallecimiento =
del
lesionado. ˇ =
Al
analizar la morfología de las heridas por arma de fuego, a pesar de lo
evidenciado en el estudio tomográfico realizado al lesionado, consideramos =
que
en este hecho nos encontramos ante una producida por proyectil único,
conformada por el orificio de entrada y su trayecto, al estar ausente el
orificio de salida. El orifico de entrada en este caso no presenta las
características descritas para los disparos a corta y larga distancia, dando
lugar por lo tanto a una herida atí=
pica, por
lo que no podemos pronunciarnos res=
pecto
a la distancia del disparo. ˇ =
Durante la exploración del trayecto se evidenció que el mismo
presenta desviación, al
chocar con el plano óseo. ˇ =
Respecto a la dirección del disparo, solo tendremos en cuent=
a el
trayecto del proyectil por ser esta una herida atípica, el cual sería de
derecha a izquierda y de adelante hacia detrás, lo que justifica la herida
contusa en el párpado inferior del ojo derecho, la fractura de la fosa ante=
rior
derecha del cráneo, la fractura por debajo de la lámina cribosa del etmoide=
s,
que se extiende hasta la silla turca y el resto de las lesiones ocasionadas=
por
el trayecto del proyectil en el encéfalo. ˇ =
Después de analizado y evaluado el proyectil, se ilustro a la
autoridad actuante que el mismo había sido disparado por un arma atípica, de constitución irregular, e improvisada. ˇ =
Que la deformación de la cabeza del proyectil producto a un
achatamiento, puede estar en relación con el impacto que tuvo el mismo en su
trayecto contra el plano óseo, lo que justifica las fracturas observadas en=
el
estudio tomográfico y descritas en el cuadro lesional que se comprobó. Con =
los
datos aportados y el estudio balístico realizado se concluyó que el proyect=
il
formó parte de un cartucho Calibre 5,6mm (.22´) de los diseńados para ser
utilizados en diversas armas del tipo semiautomática y mecánica, además de =
su
uso en armas atípicas como lo f=
ue
categóricamente en este hecho. ˇ
El
traumatismo craneoencefálico que se originó secundariamente al disparo por =
el
arma de fuego fue clasificado como severo, si tenemos en cuenta
la escala de coma de Glasgow (GCS) que presentaba la víctima de 3/15 al mom=
ento
de ser examinado por los galenos. ˇ
El trauma craneoencefálico que
presentó la víctima de acuerdo a los mecanismos de traumatismo se clasifica=
en penetrante. ˇ
Las
lesiones intracraneales descritas en la víctima, secundarias a la herida po=
r el
proyectil de arma de fuego fueron múltiples y variadas, teniendo compromiso
óseo, parenquimatoso y vascular. ˇ
Las
complicaciones que presentaron estas lesiones conllevaron al lesionado a su
deceso en breve tiempo, teniendo como mecanismo directo de muerte la lesión=
de
los centros nerviosos superiores. ˇ
Los
signos de violencia descritos e=
n la
región ocular derecha (equimosis y hematoma periorbit=
ario), no son más que contusiones
simples o de primer grado con integridad de la piel, originados por la =
ruptura de vasos sanguíneos y son
secundarios a la herida por arma de fuego y sus complicaciones. Los descritos en el miembro superior derecho, a nivel de antebrazo son: excoriac=
iones,
pertenecientes también al grupo de
contusiones anteriores, pero con lesión cutánea, cuyo mecanismo de
formación es por fricción o rozamiento y hematoma, causado por la ruptura de
vasos sanguíneos. ˇ
Fig. 1. Contusio=
nes
superficiales en miembro superior derecho. Fuente: Foto
obtenida en el acto de la necropsia Médico Legal. Fuente: Foto
obtenida durante el acto de la necropsia Médico Legal. Fuente: Estudios
imagenológicos realizados (Tomografía) Fig. 5 Proyectil
calibre 22 deformado Fuente: Proyectil
extraído en el acto de la necropsia Médico Legal Conclusiones.
ˇ
La
víctima presentó varias lesiones, con un severo
traumatismo craneoencefálico. El estudio
tomográfico mostró la presencia de un cuerpo
extrańo intracerebral, semejante a un proyectil. La herida solo tenía e=
l orificio de entrada atípico, en una
región anatómica poco común y u=
n trayecto. Durante el acto de la
necropsia médico legal se extrajo la bala. En el análisis de balística resu=
lto
ser un calibre 22, de fabricación no
industrial, usado en un arma at=
ípica
e improvisada. Las lesiones intracraneales fueron severas y por un
mecanismo directo ocasionaron la muerte del lesionado. El caso se cerró des=
de
la perspectiva médico legal como un homicidio.
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PARA
CITAR EL ARTÍCULO INDEXADO.
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El artículo que se publica es de
exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan el
pensamiento de la Revista Anatomía
Digital.
El artículo qu=
eda
en propiedad de la revista y, por tanto, su publicación parcial y/o total en
otro medio tiene que ser autorizado por el director de la Revista Anatomía Digital.
1 Hospital<=
span
lang=3DES-MX style=3D'font-family:"Times New Roman",serif;mso-fareast-font-=
family:
"Times New Roman";mso-ansi-language:ES-MX;mso-fareast-language:ES-MX'>
Universitario Comandante Faustino Pérez Hernández, jcmorales@infomed.sld.cu
[2] Hospital Universitario Comandante F=
austino
Pérez Hernández, =
dianar.mtz@infomed.sld.cu
[3] Hos=
pital
Universitario Comandante Faustino Pérez Hernánde=
z, lilibeth.mtz@infomed.sld.cu
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class=3DGramE>4
<=
sup>5Hospital Universitario Comandante Faustino Pérez Hernández, joels.mtz@infomed=
.sld.cu
www.anatomiadigital.org
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Vol. 4, N° 3, p. 102-117, julio-septiemb=
re, 20