MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D73B7B.A47BC530" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como "archivo de almacenamiento web". Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos. ------=_NextPart_01D73B7B.A47BC530 Content-Location: file:///C:/2874ACCF/12-ARTICULOOBLITOSCORREGIDO.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="utf-8"
Legal
and surgical medical aspects of the oblits.
Presentation of a case
Edmundo Nicasio C=
hóez
Chiliquinga. [1]=
span>,
MarÃa Fernanda Zambrano Pérez. [2],<=
/span> Mayra Viviana Barros
Carvajal. [3], Mariana de Jesús Chuquirima
Lima. [4]
&
Doris de la Nube Calle Mendoza. [5]=
span>
Recibido: 12-02-2021 / Revisado: 21-02-2021 /Aceptado: 12-03-2021/
Publicado: 05-04-2021
Abstract. Keywords: =
Oblito, Responsibility, Medicine, Legal, Prevention. |
|
Resumen. Palabras claves:=
Oblito, Responsabilidad, Medicina, Legal,
Prevención. |
Introducción.=
b>
La palabra
Se presentan
aquellos sinónimos utilizados en la literatura médica: “compresomasâ€,
“pseudotumor de gasaâ€, “gossypibomasâ€
(término anglosajón) "gasomas", &qu=
ot;oblitomas", "oblitos quirúrgicos",
"cuerpos extrañosâ€, "ensuciado", "emporcado", â=
€œcorpus allienumâ€, “textilomasâ€,
resultando este último el más usado en la actualidad para definir este
“accidente†con un término no médico. No obstante=
ello, y salvo cuestiones estrictamente puntuales, es claro el sentido gené=
rico
que todos le asignan en estos casos, a los "cuerpos extraños" de cualquier naturaleza, olvid=
ados
durante la cirugÃa. En contraposición a lo que sucede con otros objetos c=
omo
clips metálicos o prótesis que son colocados intencionalmente con mucho m=
ayor
frecuencia (MarÃa et al., 2017).
En la
actualidad el vocablo oblito, ya está incluido en el =
diccionario
de la Real Academia Española, y definido como cuerpo extraño olvidado en el interior de un paciente durante una
intervención quirúrgica (Española, 201=
7).
Su incidencia
oscila entre 1 por cada 8.000 a 18.000 intervenciones quirúrgicas, la
frecuencia reportada internacionalmente es de 1 por cada 1500 laparotomÃas=
solo
para las cirugÃas abdominales; otras comunicaciones exponen una ocurrenciaÂ
que alcanza 1 por cada 3000 entre todas las intervenciones quirúrgi=
cas (Chinelli, Javier; Olivera, Eduardo; RodrÃguez,=
2016).
La verdadera
frecuencia de este evento adverso es difÃcil de establecer ya que, por una
parte, los enfermos pueden permanecer asintomáticos por tiempo indeï¬nido, a los que se les diagnóstica y resuelve=
el
problema quedan como casos aislados sin registro epidemiológico del evento
adverso quirúrgico y, por otra parte, los casos pueden ser ocultados por el
mismo personal hospitalario para evitar una demanda médico legal por lo que
existe un importante subregistro del evento (MurguÃa, Paniagua, Rivera, & Ruiz, 2011)=
span>.
Es de vital
importancia la autopsia hospitalaria en pacientes fallecidos en un
postoperatorio inmediato, el hallazgo casual o clÃnicamente sospechada, de
algún oblito (Lupi, José; Divito, José; Leoncio, 2003).
Los sÃntomas =
son
inespecÃficos y pueden aparentar diversos padecimientos dependiendo de la
región que se encuentre comprometida y el tiempo que transcurra desde el
procedimiento quirúrgico. Existen dos tipos de respuestas al cuerpo extraÃ=
±o,
aguda y crónica; la primera es una reacción inflamatoria exudativa con la
formación de absceso y fÃstula, la segunda es una reacción fibrótica as=
éptica
con posibles complicaciones futuras. Se ha reportado que puede pasar desde
algunos dÃas del postoperatorio hasta varias décadas en ser diagnosticado=
(Silva-carmona, Ganado-escobar, &
Mondragón-chimal, 2014).
Por tanto se d=
ebe
sospechar la presencia de un cuerpo extraño en todo aquel paciente que
desarrolle una masa ocupativa, una lesión tumoral, alguna fÃstula o traye=
cto
fistuloso, o salida de alguna secreción aséptica de no estar infectada o
contaminada; que ésta sea persistente a pesar de los tratamientos conserva=
dores
aplicados o bien que se presenten cuadros de obstrucción intestinal recien=
tes a
alguna cirugÃa (Manrique, Jorge; Pelish, Andrés; Marino, Marce=
lo;
Mrad, José; Kahné, 2003).
De los oblitos
entre los más frecuentes se encuentran las gasas, campos y otros materiales
utilizados para enjugar o empaquetar vÃsceras en el campo operatorio. En
segundo lugar, se ubican los instrumentos quirúrgicos o restos de los mism=
os
como agujas, hojas de bisturÃ, pinzas, cánulas o trócares. Como miscelá=
nea, se
citan objetos de uso personal de miembros del equipo quirúrgico como bisut=
erÃa
y anteojos (Manrique, Jorge; Pelish, Andrés; Marino,
Marcelo;Mrad, José; Kahné, 2003).
Aproximadament=
e un
50% del material quirúrgico retenido son descubiertos por lo menos a los 5=
años
de la cirugÃa y hay reportes en la literatura de hasta 30 años después d=
el
evento quirúrgico (Alberto et al., 2009).
Se divisa mayor
predominio en el sexo femenino en el 57% con mayor frecuencia en las cirugÃ=
as
del sistema digestivo, seguidas por las cirugÃas ginecológicas, urológic=
as,
vasculares, de tórax y por trauma. Los oblitos no son exclusivos del abdom=
en y pueden
estar presentes en el muslo, donde causan edema, dolor, reacción periósti=
ca y
aumento de vasos sanguÃneos, o aparentan lesiones tumorales, en el tórax,=
donde
producen dolor localizado y tos persistente no hemoptoica (Miranda & Aguilar, 2011).
El diagnóstico
inicial en el 90% de los pacientes se realiza mediante una radiografÃa sim=
ple
de abdomen en dos proyecciones, mientras que en el 10% restante requerirá =
de
tomografÃa computada, ultrasonido o resonancia magnética (Córdova-pluma et al., 2012).
El hallazgo de=
un
oblito puede ser sencillo en los casos en que se usan compresas marcadas con
material radiopaco el cual se detecta en las radiografÃas simples de abdom=
en.
Excepcionalmente puede verse en estas radiografÃas simples imágenes en â€=
œpanal
de abejasâ€, “enrejillado†o en “miga de panâ€, que coincide con la=
compresa
infiltrada por secreciones y gas, luego de micro perforaciones en la pared
intestinal, también puede ser mal interpretada con la imagen de por presen=
cia
de heces, pero su ubicación fuera del colon y su constancia descartan esta
eventualidad. Las series gastrointestinales con contraste, en los enfermos =
no
ocluidos, son de valor al mostrar el defecto de lleno intraluminal y en
ocasiones puede penetrar el contraste en la cavidad del absceso a través d=
el
cual, previa fistulización,Â
migró la compresa a la luz intestinal. La ecografÃa es de g=
ran
valor al observar una estructura compleja que produce sombra acústica y va=
ria
paralelo a la dirección del transductor. Exámenes complementarios como la=
resonancia
magnética y la tomografÃa axial=
computarizada
son imprescindibles para su identificación, en el caso de textilomas
agudos se visualiza una masa hete=
rogénea
que contiene gran cantidad de aire atrapado pudiendo tener una anillo hiperdenso periféric=
o,
mientras que en los textilomas crónicos se par=
ece a
un tumor que no capta el contraste endovenoso, con calcificaciones en su
interior e impresionan una masa sólida con poco o ningún aire atrapado en=
su
interior (Silva-carmona et al., 2014).
El
tratamiento es la extracción quirúrgica, cuando se realiza antes de los 15
dÃas, extracción precoz es técnicamente fácil y tiene mejores resultado=
s. En
casos crónicos se produce un proceso adherencial que
involucra órganos vecinos, convirtiendo la cirugÃa más compleja que puede
requerir incluso resecciones viscerales, las cuales se asocian con una
morbilidad y mortalidad mayores (Campos-castolo, Hernández-gamboa, Victoria-och=
oa,
AlejandrÃa, & Vega, 2008).
=
Reporte=
de
caso
Paciente=
de
sexo masculino de 41 años de edad, acude al servicio de emergencia por pre=
sentar
cuadro clÃnico compatible con abdomen agudo inflamatorio (apendicitis) se =
le
realizan exámenes complementarios y se cataloga como apendicitis complicad=
a por
lo que se realiza una intervención quirúrgica de emergencia, se realiza
laparotomÃa media infraumbilical más apendicetomÃa, más lavado de cavid=
ad, más
colocación de drenaje por apendicitis grado IV más plastrón y absceso
localizado. No se reportan accide=
ntes trans-operatorios y con un “conteo de compresas c=
ompletoâ€,
según consta en el Informe Operatorio, se decide finalizar la operación. =
Durante
el postquirúrgico, el paciente presentó dolor abdominal, vómito y alzas
térmicas, sin embargo no le realizaron exámenes
complementarios de imagen como radiografÃa simple de abdomen o tomografÃa=
para
atribuir una causa a su cuadro clÃnico. Paciente es dado de alta y control=
por
consulta externa. Por el h=
echo
de haber sido una cirugÃa contaminada paciente presenta infección de sitio
quirúrgico y presencia de fÃstula enterocutánea,
además es hospitalizado por segunda ocasión donde se le realiza una tomog=
rafÃa
simple y contrastada de abdomen en donde se reporta un artefacto con densid=
ad
de metal en mesenterio, sin embargo aparentemente
nadie se percató de esto y el paciente es dado de alta. Paciente acude a servicio médico particular donde cirujano v=
alora
y extrae funda de colostomÃa y se
evidencia a nivel de la herida abundante secreción purulenta con presencia=
de
cuerpo extraño, el cual es extraÃdo.
El pacie=
nte
presentó una evolución postquirúrgica tórpida con varios ingresos a
hospitalización que requirieron antibioticoterapia, curaciones y tratamien=
tos
prolongados, todo esto probablemente a la presencia de<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> un oblito (cuerpo extraño) olv=
idado en
su cavidad abdominal. Una =
vez
realizado el análisis de las historias clÃnicas de los establecimientos
involucrados en el proceso de atención del paciente y entrevistas realizad=
as
tanto al paciente como a los profesionales de salud aparentemente si presen=
tó
un cuerpo extraño (compresa quirúrgica) en su cavidad abdominal a la
intervención quirúrgica que le realizaron en primera instancia.
Discusión
El concepto de
cirugÃa segura implica la certeza de que se estará libre de riesgo, por
ejemplo, de daño o eventos adversos, lo cual es prácticamente imposible, =
ya que
todo acto quirúrgico implica asumir riesgos. La presencia de material
quirúrgico retenido en forma no intencional es un evento adverso potencial=
mente
evitable (Chinelli, Javier; Olivera, Eduardo; RodrÃguez,=
2016).
Este tipo de
problema puede ocurrir incluso en aquellos cirujanos experimentados y cauto=
s.
Sin embargo para el común de la gente, el tomar conocimiento de la existen=
cia
de un oblito y la casi segura reintervención consecuente para solucionarlo=
; no
deja de ser una circunstancia que siempre va a llevar implÃcita una actitud
negligente del personal involucrado, lo que conllevarÃa a sanciones legale=
s y
además de la reparación del afectado (Lupi, José; Divito, José; Leoncio, 2003).
Los oblitos al=
ser
parte de un evento quirúrgico son considerados como una iatrogenia, que pu=
eden
ocasionar la muerte de los individuos que padecen dicha patologÃa. El estu=
dio
de los oblitos tiene intervenciones éticas y legales. Al realizar una ciru=
gÃa
existe un equipo de trabajo y los encargados directamente del conteo del
material son el circulante y la enfermera que instrumenta, sin embargo, al
existir algún error la responsabilidad recae hacia todo el equipo <=
!--[if supportFields]>ADDIN CSL_CITAT=
ION
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Mahuina","non-dropping-particle":"","parse-na=
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ven":"Luis
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E O
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derivada del olvido de gasas en actos
quirúrgicos","type":"article-journal","volum=
e":"13"},"uris":["http://www.mendeley.com/doc=
uments/?uuid=3D39fa7126-2072-48bd-b2bd-7ca1b6a2bc86"]}],"mendeley=
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al.,
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quot;:"https://github.com/citation-style-language/schema/raw/master/cs=
l-citation.json"}(Campos-castolo et al., 2008).
La palabra
iatrogenia tiene un origen griego y se traduce como inducido por el sanador=
o
médico. Se ha considerado como iatrogénica la condición de la identifica=
ción de
un cuerpo extraño dentro del cuerpo posterior a algún procedimiento quirÃ=
ºrgico,
sin que ello sea atribuible a mala intención, conocimientos, destrezas y s=
à al
error humano (Alberto et al., 2009).
La falta de é=
xito
o la aparición de complicaciones a raÃz de un tratamiento médico, no imp=
lica de
por si una hipótesis de responsabilidad médica. Para que exista responsab=
ilidad
médica o mala praxis se requiere la concurrencia de antijuridicidad, daño,
factores de imputación de la responsabilidad y la relación de causalidad =
entre
conducta y consecuencia dañosa. La ley tiene una postura crÃtica frente al
oblito. Lo atribuye a una actitud negligente que reúne factores como para
catalogarlo de lesión culposa y por tanto merecedora de sanción. Todo ser=
humano
es responsable de sus actos y de las consecuencias que ocasione en ese sent=
ido
debe reparar el daño por sà solo ya sea voluntario o no. Se culpabiliza al
médico como garante del control y fiscalización del equipo humano que lo
acompaña; resulta solidario con ellos en la responsabilidad al igual que a=
la
entidad donde se efectúa la intervención. El cirujano puede disminuir su
responsabilidad invocando y demostrando que el olvido se produjo pese a hab=
er
mantenido una conducta idónea, prudente y diligente, destinada a evitarlo.=
En
el seguimiento posquirúrgico se debe acreditar la aplicación oportuna de =
los
métodos dirigidos a detectar la presencia y corregir las consecuencias del
hecho. La evaluación del comportamiento galénico requiere la adecuada con=
sideración
de las “las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugarâ€, va=
le decir
la urgencia de la indicación quirúrgica, las circunstancias en que se rea=
lizó,
las condiciones y el estado del paciente, la complejidad del acto operatori=
o,
el tipo y caracterÃsticas del material olvidado, entre otros aspectos. Asu=
mir
complicaciones no es agradable y las circunstancias son diferentes cuando se
trata de aceptar el error propio o denunciar el fallo cometido por otro. El
paciente tiene derecho de conocer la verdad. El médico debiera honrarlo e
informar al paciente del diagnóstico. Tanto el paciente como el médico me=
recen
respeto y cuidado. Nadie puede ser obligado a autoincu=
lparse
ni a denunciar a un tercero. Si se informa del oblito, se debe especificar =
que
es una complicación propia de los procedimientos invasivos y que su ocurre=
ncia
es posible. La decisión caso por caso es propia de la toma de decisiones <=
span
class=3DGramE>en medicina y
coherente con la bioética. La conducta por adoptar, forma parte del actuar
privado y depende de cada uno. Cuando supere la capacidad de decisión del
médico, corresponde consultar con el Comité de Ética Hospitalaria, aseso=
res
legales institucionales y/o personales (Manrique, Jorge; Pelish, Andrés; Marino,
Marcelo;Mrad, José;Kahné, 2003).
Existen difere=
ntes
términos como son las impericia, negligencia,
imprudencia en ese sentido vamos analizar que término corresponde a este t=
ipo
de problema. La impericia =
en
oblitos, debe ser descartada. La imprudencia, puede ser adecuada en forma
individual; es poco prudente en este tipo de sucesos en procedimientos
quirúrgicos. El caso puntual de los oblitos, constituye parte de la negligencia, dentro del cuadro
conductual culposo por parte del personal de salud (Lupi, José; Divito, José; Leoncio, 2003).
En nuestra
legislación en relación a la práctica profesional en el Código Orgánico
Integral Penal Registro Oficial Suplemento 180 de 10-feb-2014 se menciona lo
siguiente:
Lo relacionado=
con
mala práctica profesional y como resultado fallece la persona esta descrit=
o en
el artÃculo 146. En cambio si la persona sobrevive se tomará en cuenta lo
descrito en el artÃculo 152 (A. N. del Ecuador, 2014).
En cambio en La
ley Orgánica de Salud=
Â
Registro Oficial Suplemento 423 de 22-dic-2006 señala lo
siguiente:
En el artÃculo 202 indica que constituye infracció=
n en
el ejercicio de las profesiones de salud, todo acto individual e intransfer=
ible,
no justificado, que genere daño en el paciente y sea resultado de: a)
Inobservancia, en el cumplimiento de las normas; b) Impericia, en la actuac=
ión
del profesional de la salud con falta total o parcial de conocimientos téc=
nicos
o experiencia; c) Imprudencia, en la actuación del profesional de la salud=
con
omisión del cuidado o diligencia exigible; y, d) Negligencia, en la actuac=
ión
del profesional de la salud con omisión o demora injustificada en su oblig=
ación
profesional (C. N. del Ecuador, 2012).
Al oblito se lo
puede valorar como un incidente
desafortunado. Incidente, porque es realmente un evento impensado que ocurre en el desarrollo de un asunto y tiene c=
on
éste algún enlace. Desafortunado, porque no es únicamente resultado de la buena suerte, que prov=
oque
felicidad, ni resultado de ella (Lupi, José; =
Divito,
José; Leoncio, 2003).
Más que
transformar tal incidente desafortunado en un hecho legal, con claros fines=
financieros
y sin tener en cuenta la probabilidad del error humano involuntario, el
razonamiento más lógico seguirÃa un estudio de las causas que propiciaro=
n el
hecho para su posterior prevención. Entre los factores que más frecuentemente se relacionan =
con la incidencia de cuerpos extraños olv=
idados
en las cavidades corporales están: cirugÃas de emergencia con uso de gran
cantidad de compresas y cambio de personal auxiliar transoperatorio, cirugÃ=
as
en condiciones de estrés como en guerras o recepciones masivas de heridos,
casos complejos, cirugÃas nocturnas con equipo quirúrgico agotado =
(Silva-carmona et al., 2014).
De acuerdo a un
meta análisis se identificaron algunos factores de riesgo para que se pres=
entan
en los oblitos, estos son: falta de recuento de material quirúrgico o fall=
as en
la realización del mismo, cirugÃa prolongada, realización de más de un
procedimiento, ocurrencia de eventos imprevistos, sangrado mayor a quinient=
os
mililitros (Moffatt-bruce, Cook, Steinberg, & Stawicki,=
2014).
Al-Qurayshi et al, en un estudio caso control concluye q=
ue
también la edad avanzada, la obesidad y los hospitales docentes, se compor=
tan
como factores de riesgo que aumentarÃan la incidencia de casos (Al-qurayshi, Hauch, & Slakey, 2015)<=
/span>.
Se ha determin=
ado
que el conteo tiene una sensibilidad del 77% y especiï=
¬cidad
del 99%, lo cual demuestra claramente la posibilidad de error. Cuando existe
discrepancia del conteo o la cuenta está incompleta, la posibilidad de obl=
ito
se incrementa por lo que debe realizarse un estudio radiológico de la cavi=
dad
quirúrgica para eliminar la posibilidad (MurguÃa et al., 2011).
Existen difere=
ntes
mecanismos para evitar que se presenten los oblitos como son: el uso de
marcadores que sean radiopacos en el material que se vaya a utilizar, otro =
de
los puntos relevantes es contar todo el material usado durante la cirugÃa,=
en
este sentido se recomienda que el=
conteo
sea por tres ocasiones al abrir el material, previo a cerrar la cavidad y al
final del cierre (Chinelli, Jav=
ier;
Olivera, Eduardo; RodrÃguez, 2016).
En los Estados
Unidos en un centro hospitalario se implementó el sistema de gasa segura, =
el
cual, está aprobado por entidades internacionales como es la FDA, este sis=
tema
permite el conteo de gasas a través de un código de barras y se lo realiza
antes y al final de la cirugÃa (Alberto et al., 2009).
Conclusiones.
· =
La comprensión de esta complicación permitirá tomar me=
didas
preventivas adecuadas y facilitará una pronta sospecha clÃnica con un
diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado. Los oblitos generan problemas médico legales en c=
uanto
a responsabilidad profesional tanto a nivel civil como penal. Â Dentro del esquema conductal
culposo; se ha considerado como negligente la actitud del médico que deja =
un
oblito.
· =
Existen algunas situaciones de emergencia quirúrgica, en=
las
que esta complicación deberÃa justificarse como un error inculpable, por =
parte
de las autoridades judiciales. Entre las medidas para su prevención están=
la
realización del recuento de material quirúrgico, asà como de métodos au=
xiliares
que pueden aplicarse en forma sistemática o bien ante recuentos incorrectos
(radiografÃa intraoperatoria, rastreo de instrumental quirúrgico utilizan=
do
código de barras o radiofrecuencia, uso de compresas con marcadores radiop=
acos,
entre otros), aunque ninguno de ellos en forma aislada o en conjunto han po=
dido
eliminar por completo el riesgo de aparición de oblitos.
· =
El trabajo meticuloso y responsable de todos los miembros=
del
equipo quirúrgico resulta esencial para garantizar un buen resultado final=
e
impedir que una intervención quirúrgica termine en este tipo de complicación, que<=
/span>
puede ser completamente evitable.
· =
Es fundamental que el protocolo de conteo de material
quirúrgico adaptado por cada Institución de Salud conste en la historia
clÃnica; puesto que puede ser valorado como punto fundamental defensivo, a=
nte
un problema judicial posterior. Es importante considerar que es necesario
generar una cultura que permita que se reporten estos hechos, sin que ello
implique una acción médico-legal inmediata y punitiva, estableciéndose q=
ue el
personal médico se responsabilice del error y su pronta solución.
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PARA CITAR EL ARTÃCULO INDEXADO.
<=
span
lang=3DES style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New=
Roman",serif'>Chóez
Chiliquinga, E. N., Zambrano Pérez, M. F., Barros Carvajal, M. V., Chuquirima Lima , M. de J.=
, &
Calle Mendoza, D. de la N. (2021). Aspectos médico legales y quirúrgicos =
de los
oblitos. Presentación de un caso . AnatomÃa Di=
gital,
4(2), 142-152. https://doi.org/10.33262/anatomiadigital.v4i2.1.1695
El artÃculo que se
publica es de exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente
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Digital.
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rcial
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[1] Especialista en Me=
dicina
Forense, Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador. edmundo.choez@gma=
il.com,
[2] Especialista en Med=
icina
Forense, Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador.
a15_fe=
rnanda@hotmail.com,
[3]=
span> Especialista
en Medicina Forense, Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador=
.  mvbcmedi7@hotmail.com<=
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:ES-EC'>,
[4] Especialista
en Medicina Forense, Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador=
.
marianachuquirima@gmail.com,
[5] Especialista en Me=
dicina
Forense, Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador. churona123@hotmail.com
www.anatomiadigital.org
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                  Vol.
4, N°2, p. 142-152, abril-junio, 20